Cuando vamos a ser padres lo que más nos preocupa no es sólo que coman bien sino también que duerman. Es probable que vuestros hijos no duerman de tirón por la noche o presenten varias alteraciones del sueño.
Sin embargo, hay que tener en cuenta también la edad del niño ya que las horas de sueño es diferente a los dos años y a las 9. Las alteraciones en el sueño no siempre tienen que ser un problema, muchas veces son los padres quienes lo magnifican y otras se soluciona con un buen colchón o almohada.
Eso sí, muchos de los comportamientos diurnos están relacionados con el sueño ya que es lo que más horas invierte y las alteraciones en el sueño pueden producir disfunciones escolares y estrés familiar.
Muchas de estas alteraciones las diagnostica el pediatra y en caso de no encontrar ninguna patología conviene cambiar de almohada o colchón. Si se mueve mucho por las noches, se despierta con facilidad o presenta molestias musculares puede que el colchón no sea el adecuado y ejerza una mayor presión sobre puntos en concreto como las cervicales.
Por otro lado, los padres deben saber que los niños tienen un sueño muy diferente a cada edad, de hecho, hasta los quince años de vida se producen cambios en la estructura del sueño y funciones fisiológicas que hay que tener en cuenta.
