Comprar un colchón es como comprar un coche, el proceso de búsqueda es largo e intenso. Visitamos muchas tiendas, páginas web, comparamos características y tamaños, y al final nos decidimos por el que creemos que es mejor.
No obstante, la elección de un colchón es muy importante tanto como la de un coche, se trata de un producto con una vida más o menos larga (10 años como máximo) y que debe velar por nuestra salud y comodidad. Por ese motivo, siempre se debe elegir el colchón de mayor calidad dentro de las posibilidades de cada uno.
En el momento de la compra surgen muchas preguntas que a veces no saben contestarnos como por ejemplo que las láminas de un somier deforman el colchón. Las bases rígidas abatibles no provocan marcas en la superficie del colchón, en los somieres de láminas, la clave está en la separación de éstas. Los somieres de calidad tienen muchas láminas y muy juntas así proporcionan una mayor adaptabilidad, ventilación del colchón y no dejan marcas.
Exista la idea generalizada de que los colchones de marca son más caros e igual de buenos que los menos famosos. Esto es un gran error, es cierto que los colchones de marca gozan de cierta popularidad pero porque invierten en calidad, desarrollo del producto, seguridad y profesionalidad de sus empleados. de hecho, comprando colchones de marca se tiene una mejor relación calidad- precio.
Muchos clientes formulan la siguiente frase: “todos los colchones de muelles son iguales”. Es cierto que se pueden parecer pero existen tres familias de muelles: los bicónicos, ya obsoletos en cuanto a prestaciones; los ensacados, suaves y poco firmes; y el zonificado que es el más avanzado tecnológicamente hablando.
Estas son algunas de las dudas más frecuentes que tienen los clientes a la hora de comprar un colchón. Por eso, hay que estar bien informado y tratar con profesionales que nos garanticen la calidad del producto y nos sepan asesorar sobre cuál es el mejor colchón para nosotros.
